Casa calabaza nos introduce a una dinámica familiar insostenible, sus metáforas provocan sensaciones de podredumbre que se van acumulando a través de la niñez y adolescencia de Maye. Nuestra protagonista, capturada en el tiempo, el maltrato, la incomprensión y la ausencia de cariño, conduce su vida a otro tipo de prisión; una sentencia de 28 años en el penal de Santa Marta Acatitla.
Con una dramaturgia autobiográfica, María Elena Moreno Márquez, mejor conocida como “Maye”, ganó el Certamen Nacional de Teatro Penitenciario en 2014 gracias a Casa calabaza, puesta en escena bajo la dirección de Isael Almanza, actuaciones de Erandeni Duran, Fátima Paola Arias, Mireya González, Gloria Castro y Alfredo Monsivais. Dramaturgista, Luis Eduardo Yee.
En el escenario vemos a 3 mujeres, 3 etapas de la vida de Maye que hablan sin tapujos sobre las posibles causas de su tragedia; las paredes parecen haber sido causa de locura, enfermedad y tristeza, así como del crecimiento de parásitos que enfermaban a todos, en especial a su madre. Siempre había un motivo para llorar, mencionan.
La escenografía, retacada de fotos de la protagonista en edad adulta, muestra que es testigo de su propia tragedia, una y otra vez, así como los personajes del pasado pueden ver qué fue de ella a través de una televisión en la mesa, donde al principio se proyecta una entrevista con la autora, desde la cárcel.
Con imágenes potentes emanadas de la pluma y memoria de Maye, somos testigos de su soledad, de “la niña invisible” que fue en los momentos que más necesitaba ser vista y el foco de atención que obtuvo sólo a través del asesinato, imprevisto, furioso y puerta de entrada a otro hogar.
Esta propuesta escénica contemporánea es poderosa en muchos sentidos y deja sugerencias abiertas entre Maye y la relación con su padre, quien queda desdibujado en los umbrales de víctima, victimario y cómplice, así como su abuela, personaje que se pierde entre los ruidos y laberintos de la casa, dejándola completamente sin esperanza.
Esta obra se presenta en Foro la Gruta, del Centro Cultural Helénico hasta el 20 de junio, con excelente ritmo, actuaciones y final poético impactante que cierra la metáfora de forma fabulosa.